El 1 de diciembre de 2019 vivimos uno de los días más especiales en la historia de nuestra hermandad. La talla de nuestra madre, María Stma. del Amor y la Misericordia, cumplió 25 años y para conmemorar esta efeméride, la Virgen salió de forma extraordinaria a las calles de nuestro pueblo.

María Stma. del Amor y la Misericordia se dispuso en sus andas, magníficamente exornadas por la priostía de la hermandad. A las 10.30h la Virgen salía de la capilla del Sagrario y comenzaba a sonar la marcha “Estrella, Reina del Cielo”, interpretada por la A.M. Señor del Monte que por primera vez tocaba tras la Virgen.

Las lágrimas aparecían entre aquellos que esperaban la salida de la Virgen y que se vieron durante todo el recorrido, un recorrido que estuvo lleno de momentos de gran emoción. Chicotá tras chicotá la Virgen recorrió las calles de nuestro pueblo que habían sido engalanadas por los jóvenes de nuestra hermandad.

Uno de los momentos cumbres tuvo lugar con la llegada de la  Virgen a la Residencia de Ancianos Virgen de las Nieves después de 7 años y donde recibió culto durante 16.  Los residentes la esperaban en la plazuela principal y  fue aquí donde tuvo lugar el momento de mayor emoción, cuando algunos de ellos le gritaban ruegos y piropos a la Virgen y tras cantar la Salve, se acercaban a besar el manto de María Stma. del Amor y la Misericordia.

La Virgen abandonaba la Residencia de Ancianos rodeada de una gran cantidad de hermanos y devotos que se fueron turnando durante todo el recorrido para portar sus andas.

La Virgen llegaba al barrio La Coca y a la Parroquia del Buen Pastor por primera vez a la que entraba a los sones de la marcha “Pescador de Hombres”. Una vez en el interior, el párroco D. Luis Yáñez recibió a la Virgen y se le cantó la Salve.

Las petalás no cesaron a lo largo de toda la calle María Botella, cuando la Virgen recorría ya los últimos metros antes de su entrada.

La Virgen entraba a la Capilla del Sagrario a las 13.30h, tras tres horas en las que pudimos mostrar y observar el amor y devoción que le profesamos. Un día que queda grabado con letras de oro en la historia de nuestra hermandad.

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Fotografías: David Martínez, Luis Yáñez y Héctor García.